lunes, 3 de agosto de 2015

Y aquí estamos escribiendo la historia

Trabajé durante once años en televisión abierta, en donde lo que se ve vale más que lo que se dice. Lo primero que me enseñaron fue que un reportaje no puede ser de más de 2 minutos; "la gente le cambia".  Nunca estuve de acuerdo. Desaparecía de cuadro si por casualidad terminaba peinada igual que alguna de mis compañeras, había que modificar tan garrafal error. El absurdo llegaba a grado tal que si era propuesta para un nuevo proyecto, se sentían obligados a cambiarme el tono y corte de pelo para que el público no me ubicara con el programa anterior. Algo así como asumir que los televidentes en efecto dejan de reconocer a Clark Kent cuando se quita los lentes, quién diría que productores y directivos de T.V. Azteca tienen espíritu de Jerry Siegel. No uses ropa negra, porque el negro no le gusta al Señor Salinas o porque el negro no es un color o porque la televisión ya es a colores. Y a pesar de todo aprendí y asumí que eso me sería de utilidad la primera vez que subí un video a internet. 
No podía estar más equivocada. Para crear contenidos en video para internet tenía que olvidar todo lo aprendido y lo peor: no había nadie en el camino para enseñarme, porque todos seguíamos aprendiendo. 


- Las ediciones a corte directo que suponen una porquería para la televisión son LA forma de comunicar en internet.
-El contenido está por encima de los recursos. Aquí estorba el maquillaje, las escenografías y las caras bonitas. 
Sí importa lo que tengas que decir , pero los contenidos de calidad están también en competencia con los “Todo lo que se me ocurra challenge”, las teorías de la conspiración y toda clase de niños o animales haciendo trucos. 

Tengo un blog que acumula 100,000 lecturas y ninguno video que se acerque siquiera a la mitad de reproducciones, en un país considerado de “no lectores” esa cifra habla muy mal de mis videos (o muy bien de mi blog). Sin embargo resulta inevitable preguntar si el medio hace al contenido o viceversa. Y me parece que la plática con Paez Varela gira también en ese sentido sin terminar de resolverse por completo. Sólo un pequeño porcentaje de los lectores de Sin Embargo llega desde buscadores o directamente a su sitio. La misma nota expuesta a través Facebook tiene mucho mayor alcance que presentándose sólo en el portal. ¿Sería adecuado pensar en la Red Social como un medio publicitario y de promoción para el contenido periodístico o como un medio en sí que puede funcionar de forma independiente para la creación de contenidos? ¿Es también el canal dentro de la red un filtro de selección de público? ¿Tendríamos que hablarle diferente al público de Facebook, que a de YouTube o al del Canal de las Estrellas? y ¿tendríamos que hablarle diferente por el medio que utiliza o porque este es de cierta forma representante de la edad que tiene?


Hace unos meses Gabriel Montiel, creador de Werevertumorro, considerado uno de los creadores de contenido para youtube más importantes de Latinoamérica  y que cuenta con más de 10 millones de suscriptores en su canal, me decía en entrevista que él y su equipo estaban muy lejos de haber encontrado el hilo negro y que esto nos obligaba a todos a seguir experimentando, preguntándose qué hubiera pasado si los creadores de contenidos para televisión hubieran pensado que ya todo estaba hecho a diez años de su creación.

Así que aquí estamos trabajando una serie de herramientas que amenazan con avanzar más rápido que nuestra capacidad creativa, con la intención de equivocarnos como nuestra mejor herramienta de aprendizaje y entre aciertos y errores escribiendo la historia. 

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